El mayor exportador mundial de Litio tiene la intención de extender sus lazos con nuestro país. Además de una economía sana, la potencia de Oceanía tiene un modelo a seguir en pensiones.
Hace sólo unos días Chile formó parte de la segunda ronda de negociaciones entre la Alianza del Pacífico y un grupo de países que busca convertirse en Estado asociado.
El delegado chileno de la Cancillería, Pablo Urria, aseguró que materializado el acuerdo se logrará “una integración profunda que agrega dinamismo al comercio global”.
Entre los países que plantean ser parte del bloque se encuentra Australia, que además ofició como anfitrión de la cita.
La principal economía de Oceanía se ha convertido en un atractivo socio comercial y nuestro país lo tiene claro, ya que cuentan con un acuerdo bilateral.
De hecho, Australia mantiene gran interés en formar parte de esta coalición de países que representa más del 40% del PIB de Latinoamérica, viendo la posibilidad de expandir el intercambio comercial con estos países y continuar en el camino correcto de aumentar el crecimiento de su economía.
Las cifras son evidentes. El país ostenta un crecimiento sostenido en la últimos años y para este 2018 el FMI proyecta un aumento del PIB de 2,9%, hasta avanzar 3% en 2019. El organismo, además, proyecta números azules al menos hasta 2022.
La información no es sorpresiva en este motor económico del Pacífico, ya que incluso resistió a la crisis subprime. Es más, 1991 fue el último año en que el país registró PIB negativo de 1,04%.
Más de dos décadas en que los distintos gobiernos han tenido a favor una economía sólida, y que en parte se vio beneficiada por el ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio.
Según Paul Sullivan, economista de la Universidad de Georgetown, “las exportaciones de Australia están fuertemente ponderadas hacia los metales, como el hierro, y los combustibles, como el carbón. Los alimentos también han sido importantes”.
Por otro lado, el economista reconoce que debido a súper ciclos de precios de las materias primas, se generó una ralentización del crecimiento de Australia. Sin embargo, agrega que “esto fue mitigado en parte por los enormes aumentos en la demanda de importación de combustible para Japón después del incidente de Fukushima. Gran parte del carbón y Gas Natural Licuado de ese país proviene de Australia”.
El mayor productor de litio en el mundo cuenta también con una baja tasa de desempleo, que se redujo de 5,8% en 2016 a 5,5% en 2017, según Datosmacro.
Considerando el actual dinamismo de esta economía y el positivo panorama a nivel mundial, el FMI proyectó que este año el desempleo seguirá bajando gradualmente a una tasa de 5,4% hasta 4,8% en 2022.
La inflación mantiene niveles estables con 2,2% proyectados para este año con un aumento de 0,3 puntos porcentuales para 2022.
A diferencia de otras economías desarrolladas, e incluso emergentes como China e India, la deuda australiana es baja. Para 2018 el FMI predijo un leve aumento, respecto a 2017 con 20,5%, aunque esta debiera reducirse según el organismo internacional a 15,6% en cuatro años más.
Sin duda, otro de los factores que avalan la sólida economía de este país es su sistema de pensiones, conocido como “Superannuation”, basado en contribuciones obligatorias, tanto de las empresas como de los trabajadores. Éste fue una respuesta a las demandas laborales de los ‘80 y se materializó en 1992, al año siguiente de la última recesión.
A 25 años de su implementación, el sistema es objeto de estudio de economistas. Para 2025 el aporte de empresas subirá a 12,5%, mientras el Gobierno deberá definir el futuro del sistema en un país estable económicamente, pero que a la vez, envejece con mayor rapidez.
Fuente: Pulso.cl